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El misterio de las amenazas a Bugeda.
Yo tenía una pistola, con la correspondiente licencia, que
guardaba en una de las bolsas de mi coche y de allí me
la quitaron en la calle de Montesa. A los pocos días
recibí un anónimo en el que me decían: “Canalla
socialista, si tu sigues en lo de las responsabilidades, te
mataremos a la puerta del Congreso o dentro del
Congreso”. (...)
Después me llamaron por teléfono, diciéndome: “Si
sigue Vd. con lo de las responsabilidades le vamos a
matar a Vd.” No pude averiguar quién me había llamado
porque desconocía yo entonces la combinación que hay para saberlo. Aquel
día vine a buscar al Sr. Galarza y le dije que quería hablar con él. 
Pues yo también quería hablar con Vd., me dijo el Sr. Galarza. Le conté lo de
la carta anónima y me dije: “Pues eso es verdad; no lo tome Vd. a broma
porque según noticias de uno de mis mejores confidentes, que es persona
que sin cobrar sueldo alguno me revela las cosas, iban a atentar contra mí
suponiendo que pasaría por un atentado social, y con posterioridad contra
Vd., no procediendo contra los dos al mismo tiempo para que no se viese
que éramos los dos del voto particular en la cuestión del Sr. March. El
confidente le explicó que se decía que éramos los dos los que habíamos
apretado más en lo de March. (...)
Sobre la responsabilidad a exigir al Sr. March, que al ver algunas cartas que
hay, saqué la convicción moral de que era ilícita la concesión. Las cartas han
estado a disposición del Sr. Simó. Todos sabemos lo que son cartas y
sabemos que no hay nadie que diga: haga Vd. esto y le daré 20.000 duros.
Del sentido de esta correspondencia se deduce que entre Primo de Rivera y
March había relaciones que no correspondían al trato entre un Jefe de
Gobierno y un tabaquero.
Bugeda
Diputado por el Partido Socialista,1931.
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