Los March fracasan como banqueros.
Los March, la saga por antonomasia, navegan entre dos
aguas, no son beligerantes ni lo han sido nunca,
siempre en silencio, como si el lastre psicológico
derivado del origen de su fortuna les impeliera a estar
bien con el poder. (...)
Algunos ricos de cuna que se han despachado a gusto
contra mí, empiezan a enseñar la oreja. Me hizo gracia
el almuerzo con Carlos March. Venía con un tema
concreto: la posibilidad de que Banesto absorbiera al
Banco del Progreso, y con otro más abstracto y general:
que siempre había sido amigo mío y que creía que
debíamos vernos con mucha más frecuencia, porque podíamos hacer
muchas cosas juntos... Prefiero no hacer comentarios.
Durante años y en el mejor de los casos, Carlos me ha dado la espalda.
Ahora se acerca a mí. Seguramente será una posición de cierta debilidad,
unida a mi pacto con Jesús y a la operación La Vanguardia. Creo que
conozco bien a Carlos y por eso entiendo lo que hace, pero me alegro de no
se como él. (...)
En este clima están a punto de venirse abajo las estrellas del boom
inmobiliario, los Afisa, Reinhold, Prima, Revilla, etc., quintaesencia del éxito
en los años de vacas gordas; aquí va a pinchar también una de las dos
grandes fortunas españolas, la de los March, seriamente tocada por la crisis.
De este clima saldrá la familia Botín convertida en la única gran fortuna
española de finales de siglo. (...)
La crisis empieza a pasar facturas clamorosas. Los March andan en todas
las bocas a cuenta del lío del Banco Urquijo, con rumores de agujero de
25.000 millones. Los March han fracasado como banqueros. Tuvieron la
oportunidad de haberse zampado al Hispano, pero les dio miedo, no era lo
suyo, dijeron, ¿lo era la industria, entonces? Ahora quieren vender el Urquijo,
pero la tarea no es fácil.
Jesús Cacho Cortés, 1994
Licenciado en Historia, Periodista y Escritor.
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