Una inteligencia privilegiada.
El Presidente de la República, don Niceto Alcalá Zamora
dijo de él que era el hombre más inteligente de España. De
hecho y con distintas matizaciones esta fue la opinión
unánime tanto de sus colaboradores como de sus enemigos.
El propio Juan March conocía perfectamente esta realidad,
pero con la modestia que le caracterizaba no hizo alarde
jamás de ello, hasta que herido de muerte les pidió a sus
médicos que le salvaran la cabeza: la cabeza es lo que me
importa.