El gran varapalo de la musa de March
Cuando don Juan March sufrió el accidente que días
más tarde acabaría con su vida, estuvo acompañado en
todo momento por su musa Matilde que a tal fin ocupó
durante unos diez días una habitación junto a la del
magnate, pero al entrar este en coma, su hijo
primogénito y yo le rogamos que abandonara la clínica
por considerar que no era oportuna su presencia si se
producía el fatal desenlace.
Al enterarse de que don Juan March había fallecido, se
apresuró a regresar a la clínica, y ante la sorpresa del
hijo mayor del fallecido le dijo: ahora tú y yo nos tendremos que entender.
Pero el mayor varapalo se lo llevaría Matilde al leer el testamento y
comprobar con sus propios ojos que ella no figuraba en dicho documento.
Matilde no había podido satisfacer sus sueños de grandeza, pero vivió
cómodamente en las propiedades que le había obsequiado don Juan March
hasta su muerte que se produjo al cabo de diez años.
José Balaguer, 1962
Colaborador de don Juan March.