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LADRÓN.- Una sombra con orejas. Me gusta.
MERCÁN.- ¿Conoces a otros tan desesperados como tú?
LADRÓN.- España entera.
MERCÁN.- ¿Vas a la iglesia?
LADRÓN.- Sí. A robar el cepillo.
(MERCÁN sonríe satisfecho y le da una tarjeta que el LADRÓN
toma.)
Mañana a las nueve, pregunta por mí. Y tráeme el reloj.
(El LADRÓN lo abre y de él surge una musiquilla.)
LADRÓN.- (Irónico.) Era de su padre y es usted un sentimental.
MERCÁN.- El doble de lo que vale te lo daré mañana.
LADRÓN.- (Aceptando, tras una pausa en la que se miran retadores.)
Mañana.
MERCÁN.- ¿Cómo te llamas?
LADRÓN.- Morral.
MERCÁN.- ¿Como Mateo?
LADRÓN.- ¿Quién?
MERCÁN.- Mateo Morral, el de la bomba en la boda del Rey.
LADRÓN.- El Rey todavía vive.
MERCÁN.- Sí, Morral falló y antes de que le cogieran se pegó un tiro.