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Coincidiendo con su enlace nupcial se publicó la primera biografía de suegro: “El último pirata del
Mediterráneo”, y recientemente se ha publicado una especia de segunda parte de aquella mítica
biografía, pero en esta ocasión como obra teatral titulada: “El último dragón del Mediterráneo”, en esta
obra tal y como ocurrió con su antecesora, aparecen varios personajes bajo seudónimos: Juan March es
“Mercán” y Carmen Delgado es “Nuria”,  claro está que en esta obra teatral dista un poco de la
realidad, puesto que Mercán  intentó acabar con la vida de Nuria, extremo éste, que no llegó a estos
límites en la vida real. Es verdad que la relación de
Juan March con su nuera preferida fue un tanto
turbulenta en ciertos momentos, pero March tenía claro
que era la única componente del clan familiar con
atributos para tomar el timón de su Imperio. Alberto
Miralles, autor de esta obra, me confesó que había
caracterizado a los distintos personajes que aparecen en 
el reparto gracias a las confidencias de varias personas
muy cercanas a la familia March en Madrid. 
El último pirata del Mediterráneo
El último dragón del Mediterráneo
Juan March, al igual que había hecho su padre con él, entregó en vida algunas
de sus propiedades a sus hijos, tal es el caso de su finca más emblemática: Sa
Vall, el latifundio más grande de Mallorca, en el cual se gastaron una fortuna
los recién casados. La casa-palacio se reconstruyó desde los cimientos
siguiendo las directrices del arquitecto Gabriel Alomar Esteve y a pesar de que
éste confesaría más tarde sentirse avergonzado de aquella construcción, (es una
especie de recopilación de restos procedentes de los derribos más dispares,
pero todos ellos de gran valor económico)  pese a la opinión negativa de su
arquitecto, a mí me parece un edificio muy equilibrado presidido por el busto
de doña Carmen Delgado, la emperatriz vitalicia del imperio March. 
Busto de doña Carmen Delgado de March
Desde la muerte de don Juan March, doña Carmen Delgado, tal vez siguiendo
el ejemplo de sus respectivos suegros, ha venido realizando una gran cantidad
de donaciones de carácter social, docente, cultural, deportivo y religioso. Todas
estas actuaciones benéficas las ha efectuado a título personal o bien por medio
de la Fundación Juan March, en cualquier caso con este tipo de actuaciones se
ha ganado el reconocimiento de la sociedad y de las instituciones mallorquinas. 
Carmen Delgado acompañada de Jaume Matas, Presidente de la C.A.I.B. en su última donación a Ses Salines
Esta mujer de hierro decidió su propio destino durante toda su
existencia, hasta el punto de que a modo de epitafio final a su
interesantísima biografía, llegó a reservar su propio ataúd años
antes de su muerte. Para cuando llegue este inevitable momento,
ella, al igual que los demás herederos tiene reservado un lugar
secundario en el panteón presidido por los sarcófagos de Juan
March y Leonor Servera, los fundadores del imperio March.
Interior del panteón de la familia March en Palma de Mallorca
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