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FIGUEROA.- Pero lo de la instigación al crimen...
MERCÁN.- Sobreseído.
FIGUEROA.- ¿La compra de Ayuntamientos?
MERCÁN.- Indemostrable.
FIGUEROA.- ¿Y lo de...?
MERCÁN.- (Cortando, con serenidad.) Murmuraciones, envidias,
complots.
FIGUEROA.- Pero...
MERCÁN.- ¿Por qué no me pregunta por mis donaciones benéficas?
FIGUEROA.- ¿Eh? Ah, sí.
(Busca en sus carpetas. Se le caen papeles. MERCÁN aprovecha para
hacer un gesto a su secretario, el cual prepara unos documentos.)
Según mis notas, usted edificó una Casa de Maternidad.
MERCÁN.- Bien anotado.
FIGUEROA.- Aunque se dice que fue para que parieran sus múltiples
amantes.
MERCÁN.- Por primera vez esa maledicencia me halaga.
FIGUEROA.- Pero la cerró al caer la Monarquía, para perjudicar a la
República.
MERCÁN.- Lo cerré porque la República cree que la Sanidad es una
cuestión de Estado. ¿Algún otro bulo?