32
(Ante el silencio vuelve a mirar la lista de preguntas.)
Veamos, segundo. Aquí. Sus orígenes no son suficientemente
conocidos por nuestros lectores...
MERCÁN.-... y quieren ustedes aireados
FIGUEROA.- Pues sí...
MERCÁN.- Lo del contrabando, la compra de ayuntamientos, el
tráfico de armas, la instigación al crimen, mis corrupciones de cuando
era diputado...
FIGUEROA.- ¿Reconoce todo eso?
MERCÁN.- ¡Claro! Empecé sobornando a toda la Dirección General
de Carabineros para que hicieran la vista gorda con el contrabando de
tabaco. Cuando los políticos quisieron echarme el guante, toda la costa
mediterránea trabajaba para mí. Detenerme hubiera sido dejar en
medio del hambre a miles de personas que no les hubieran votado. Sin
contar que cada vez que un político se fumaba un cigarro se convertía
en mi cómplice.
FIGUEROA.- ¿Puedo escribirlo tal y como lo ha dicho?
MERCÁN.- Su diario sabe que nunca hago declaraciones a los
periodistas. ¿Lo sabía usted?
FIGUEROA.- (Confuso.) No.
MERCÁN.- ¿Cuánto tiempo lleva en el diario?
FIGUEROA.- Tres semanas.
MERCÁN.- ¿Y es lógico que le hayan encargado a un meritorio una
investigación que ni los jueces han podido realizar? No sea ingenuo. A
usted no le han enviado para averiguarlo, sino para que me sienta
acosado, ya que no pueden probar nada.