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MERCÁN.- Es usted mucho más brillante que Calvo Sotelo. Y su
vida es más apasionante.
JOSÉ ANTONIO.- Porque la quemo en pos de un ideal.
MERCÁN.- En boca de otro, ésa sería sólo una frase, en usted es una
actitud.
JOSÉ ANTONIO.- Un estilo, Mercán, un estilo.
(Se dan firmemente la mano. JOSÉ ANTONIO se va, mientras
MERCÁN y el JOVEN lo miran.)
JOVEN.- Es sorprendente que protejas a Primo de Rivera.
MERCÁN.- Me recuerda a ti.
JOVEN.- Sólo porque es más joven que tú.
MERCÁN.- Todos hemos sido jóvenes.
JOVEN.- El mérito está en seguir siéndolo pese a la edad. Es
peligrosamente obsesivo.
MERCÁN.- (Rectificando.) Testarudo.
JOVEN.- Es ambicioso.
MERCÁN.- Inconformista.
JOVEN.- ¡Oh, vamos! Esa manipulación la has inventado tú en tus
periódicos. (Citándole, irónico.) «En vez de golpe, alzamiento; en vez
de violencia, acción». No puedes engañarte a ti mismo.
MERCÁN.- ¡Primo de Rivera tiene ideales!
JOVEN.- Los ideales no se defienden con pistolas. José Antonio ha
creado un partido violento y puede ser destruido por la violencia de
sus seguidores.
MERCÁN.- Puede estar equivocado, pero no es mezquino.
JOVEN.- Es violento y le incitas a que lo sea más.
MERCÁN.- Para él la violencia es legítima.
JOVEN.- ¡Ya estamos otra vez! «Violencia legítima». Eso es, como
dijo tu hija Irene, una contradicción, como «obediencia y amor». Pero
recuerda que el amor se da, no se exige; por eso es amor.
(En los arrabales de Madrid, por la noche, NURIA y JORGE se
entrevistan con VILLANUEVA. Todos hablan ojeando continuamente
a su alrededor.)
VILLANUEVA.- Es peligroso citamos aquí. JORGE.- Estamos en los
arrabales de Madrid.
VILLANUEVA.- Si hay sombras, los pistoleros de su padre pueden
estar en ellas.