23
MERCÁN.- Pues no lo son.
VILLANUEVA.- Por el so-sonido, decía yo.
(MERCÁN no le mira.)
MERCÁN.- El horror produce compasión. El Terror, miedo.
VILLANUEVA.- Ya. (Mirando hacia la calle.) ¿Y quemar una
iglesia..?
MERCÁN.- Es terrorífico.
VILLANUEVA.- (Sin entender.) Comprendo.
(MERCÁN le mira fijamente.)
Creo que comprendo...
(Cada vez más atemorizado por la mirada de MERCÁN, baja la suya.)
Aunque no estoy seguro de haberlo comprendido.
(MERCÁN se sienta en su regio sillón, ante su gran mesa y reflexiona
con una extraña sonrisa, sin dirigirse a su Secretario.)
MERCÁN.- El horror simplemente asusta, pero el terror enseña a
temer.
VILLANUEVA.- A temer ¿qué?
MERCÁN.- (Un poco harto.) Si esa iglesia se hubiera quemado por un
accidente fortuito y hubieran muerto sacerdotes y feligreses, el hecho
nos produciría un horror momentáneo.
(Alguna esquirla golpea la ventana.)
Pero saber que su saqueo y posterior incendio han sido provocados,
nos hace temer que pueda haber otros desmanes y que de ahí se pase a